viernes, 14 de junio de 2019

TIEMPOS DE CATACUMBAS. - I TEMPI DELLE CATACOMBE





Tiempos de catacumbas.

¡Sí, Hermanos nuestros, de nuevo los tiempos de catacumbas han llegado!
Tiempos en los que es necesario protegerse de la intemperie del mal de aquellos que han preferido dar protagonismo a ellos y a la materia, en lugar de dar protagonismo a sus espíritus, ahora ya cegados por el egoísmo y arrogancia más grande.

Tiempos de catacumbas, ¿recordáis?
Alguno sí lo recuerda, cuando debieron protegerse de la sabiduría humana exenta de cordura y de Amor.
Por esta sabiduría humana y por sus sabios y doctores, eran perseguidos ajusticiados, acusados, juzgados y condenados en las Plazas de los Pueblos; hoy “Plazas públicas” muy distintas a las de ayer, pero con un calado de maldad y de injusticia mayor aún que la que alimentaron en el pasado los ancestros de aquellos que se creen “estandartes” pero que demuestran con sus juicios de no haber comprendido al Maestro de Maestros, al Amor hecho carne y sangre entre los hombres. ¡Así como entonces no han comprendido nada! ¡Solo comprendieron la materia, sus normas, sus reglas, para dominar sobre los demás!

Tiempos benditos de catacumbas; protegeros vosotros que sabéis que se manifestará como un Ladrón en la noche, atrapando con las manos en el saco de su egoísmo a los impíos, que disfrazados de “dulcísimas palomas” halagan, acarician, besan, pero que no tienen ningún remordimiento si tienen que revolverse contra vosotros para morderos hasta secaros la sangre.

Tiempos de catacumbas, en donde meditar, adorar y servir a la Luz de la Luz que se manifestará para arrasar toda, y digo bien, TODA la maldad de los hombres del mundo sobre la Tierra.

Tiempos de catacumbas, ¿recordáis?
Cuando alguien se protegía y entraba en esa intensa y reluciente soledad, en esa íntima reflexión interior y personal, ya de por sí, era considerado sin ningún prejuicio y sin ningún juicio, Hermano o Hermana, y comía y bebía de lo poco que quedaba de Alimento, para vivir y esperar a Aquel que Retornará.

Hermanos, Hermanas, con infinita Paz, quedo como siempre en la soledad armoniosa de mi espíritu, con vosotros, y a manos llenas os querría dar la Paz. Esa Paz Real y Verdadera que el Maestro enseño entre los Suyos.

Vuestro, Antonio.
Vellisca, ..... horas del 03 junio 2016.

i tempi delle catacombe

Sí, Fratelli nostri, di nuovo i tempi delle catacombe è arrivato!
Tempi in cui bisogna proteggersi dall’intemperie del male di quelli che hanno preferito dare protagonismo loro e alla materia, invece di dare protagonismo ai loro spiriti, adesso accecati dall’egoismo e della più grande arroganza.

Tempi di catacombe, ricordate?
Alcuno sì lo ricorda, quando dovessero proteggersi della sapienza umana privata di saggezza e di Amore.
Per questa sapienza umana e per i suoi sapienti e dottori, furono perseguitati, giustiziati, accusati, giudicati e condannati nelle Piazze dei Paesi; oggi “Piazze pubbliche” molto differenti di quelle di ieri, ma con una risonanza di malvaggità e di inguistizia ancora maggiore di quella che alimentavano nel passato gli antenati di coloro che si credono “stendardi” ma che con le loro giudizi dimostrano di non aver capito il Maestro dei Maestri, all’Amore fatto carne e sangue tra gli uomini.
Come allora non hanno capito niente!
Solo compresero la materia, le sue norme, le sue regole, per dominare sopra altrui!

Tempi benedetti di catacombe; proteggetevi voi che sapete che si maniestará come un Ladro nella notte, pillando con le mani nel sacco del proprio egoismo agli empi, che camuffati come “dolcissime colombe” lusingano, accarezzano, baciano, ma non hanno nessun rammarico se si devono rivoltare contro di voi per mordervi fino a seccare il vostro sangue.

Tempi di catacombe, dove meditare, adorare e servire la Luce della Luce che si manifestarà per demolire tutta, e dico bene, TUTTA la malvaggità degli uomini del mondo sulla Terra.

Tempi di catacombe, ricordate?
Quando qualcuno si proteggeva ed entrava in questa intensa e risplendente solitudine, in questa intima reflessione interiore e personale, di per se, era riconosciuto senza nessun pregudizio e senza nessun giudizio, Fratello o Sorella, e mangiava e bebeva di quel poco che aveva rimasto di Cibo, per vivere ed aspettare Colui che Ritornerà.

Fratelli, Sorelle, con infinita Pace, rimango come sempre nella solitudine armoniosa del mio spirito, con voi, e a mani piene vorrebbe darvi la Pace. Quella Pace Reale e Vera che il Maestro insegnó ai Suoi.

Vostro Antonio.

Vellisca, ..... horas del 03 junio 2016


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